La globalización y las nuevas tecnologías han dado lugar a lo que se conoce como la transformación digital de las empresas. En este nuevo contexto, las necesidades de las compañías cambian y los espacios de trabajo deben adaptarse a estas. Las flex offices o coworking ofrecen a las empresas la adaptabilidad y flexibilidad que necesitan en estos momentos.
Las flex offices o espacios de coworking son centros de trabajo evolucionados que han sido concebidos para adaptarse al máximo a las necesidades de las empresas. Son como un “lienzo en blanco” en el que el cliente decide cuántos metros cuadrados necesita y cómo los quiere distribuir. Disfruta, además, de todos los servicios necesarios para desarrollar su actividad desde el primer día y solo paga por lo que utiliza sin tener que preocuparse de nada más.
Así, dentro de una flex office, es posible encontrar despachos y oficinas, salas de reuniones, praderas para coworkers, zonas de descanso… Es decir, concentran en un mismo edificio todos los servicios que una empresa puede requerir para que ésta tenga la libertad de recurrir a unos u otros según sus necesidades.
Para entenderlo, pongamos un sencillo ejemplo:
Manuel decide emprender un negocio y, tras valorarlo mucho, se decanta por trabajar en un espacio de coworking. A los pocos meses, incorpora a dos personas a su equipo y amplía los puestos de coworking. Utilizan las salas de reuniones, toman café en el office cada día, acuden a eventos organizados… Un año después, su equipo crece y decide “mudarse” a una oficina propia dentro de la flex office, para tener su propio espacio de trabajo y distribuirlo a su gusto. Gracias a este modelo, la empresa de Manuel puede crecer y evolucionar en un mismo entorno y mantener su ubicación.
Como se puede observar en el ejemplo de Manuel, un coworking da la oportunidad a las empresas encontrar el espacio que más se ajusta a sus necesidades en cada momento. Y si estas cambian, solo tienen que reconfigurar los servicios adquiridos pero sin moverse de sitio.
Además, no se tiene que preocupar de adquirir mobiliario, contratar internet o buscar un servicio de limpieza. Los espacios flexibles funcionan con el sistema Plug and Work; es decir, cuando llegas todo está listo para que empieces tu actividad y, además, cuentas con profesionales que hacen tu día a día más sencillo facilitando los servicios que necesites (recepción, reprografía, mensajería, organización de eventos…).
Pero no solo esto: las empresas acceden a ubicaciones prime dentro de las ciudades a las que no podrían optar de otra forma. Los espacios flexibles adquieren una gran volumen de metros cuadrados dentro de edificios importantes en las ciudades y luego ceden su uso.
Este sistema no solo supone una gran comodidad y tranquilidad para las empresas, sino que también mejora su imagen de cara a clientes o colaboradores. ¿Cómo? La ubicación, el entorno, la atención que reciben las visitas… todo esto suma a la hora de transmitir una imagen seria y profesional.
Este nuevo concepto de espacio de trabajo se encuentra normalmente dentro de grandes edificios en los que, se ofrecen los servicios para las empresas. En esta infografía te contamos las claves de cómo es una flex office por dentro:
¿Qué es?
Un flex office es un espacio de trabajo que ha sido creado para adaptarse a las necesidades de las empresas.
Plano de una flex office por dentro
Ventajas de una flex office
1. Flexibilidad.
2. Cultura.
3. Colaboración y networking.
4. Ubicación prime.
Este modelo, así como la nueva tendencia de las oficinas líquidas, se ha ido extendiendo por Europa y cada vez está más presente en las ciudades de nuestro país.
Si quieres saber cómo es una flex office por dentro, organiza una visita gratuita a uno de nuestros espacios en Madrid, Barcelona o Málaga. Estaremos encantados de enseñarte cómo es en realidad este nuevo concepto de espacio de trabajo.
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